Con el verano a la vuelta de la esquina, los que gustamos de los buenos cigarros empezamos a sudar, y no, no es a causa del calor que podamos sentir. Un sudor frío de preocupación nos invade al pensar en cómo resistirán este año nuestros cigarros las elevadas temperaturas típicas de los meses de julio y agosto. Porque los humidores en los que conservamos estos tesoros del placer no son búnkeres a prueba de cualquier ambiente externo.
¿Qué hacer, entonces, cuando las hordas veraniegas nos atacan? ¿Cómo mantener la temperatura ideal de 18-20º y la humedad relativa al 68-75% cuando «allí fuera» las medias son de 40º y 90%? ¿Cómo mantener un ambiente interno ideal en el humidor y resistir los cambios bruscos de temperatura que pueden echar a perder la esencia en sabor y aroma de nuestros cigarros?
